Primula acaulis Fireflies - Prímula

La Prímula 'Fireflies', es una nueva variedad de Prímula del Cáucaso, una pequeña planta vigorosa y rústica que forma rápidamente hermosos tapices densos, cubiertos de flores bicolores de un intenso azul a azul violáceo dependiendo de la flor, alrededor de un gran corazón amarillo anaranjado. Los pétalos están finamente bordeados y estriados de amarillo claro. Florece de enero-febrero a abril-mayo sobre un manojo de follaje verde oscuro arrugado. Muy perenne, esta pequeña planta vivaz tapizante es fácil de colocar en los bordillos, en las rocallas húmedas, en los bordes de sotobosque o al borde de una charca, plantada en un suelo rico en humus y fresco.

La Primula acaulis 'Fireflies' es un reciente logro hortícola, prolífico y robusto. La especie Primula acaulis (sinónimo de P. vulgaris) es una pequeña primavera silvestre nativa, caracterizada por una excelente rusticidad, con flores llevadas justo por encima del follaje. Las prímulas pertenecen a la familia de las Primuláceas. El hermoso follaje de 'Fireflies' se desarrolla en pequeñas rosetas en el suelo, emergiendo del rizoma subterráneo, para formar un tapiz que se extiende lentamente. Las hojas, más o menos persistentes, de 5 a 7 cm de largo, de aspecto arrugado y lustroso, son de un verde más o menos oscuro según la naturaleza del suelo. La prímula 'Fireflies' se desarrolla bien especialmente en un suelo rico en humus, siempre fresco pero drenado, no demasiado a la sombra, condiciones que encuentra en las rocallas húmedas o en los enrocados que bordean una pequeña cascada. De febrero a abril, en sucesivas oleadas, aparecen cortas hampas florales, de 10 cm de alto, llevando en racimos terminales flores azul violáceo con corazón amarillo anaranjado, que cubren casi por completo el follaje. Resiste bastante bien a cortos períodos de sequía, que detienen abruptamente su floración.

Las prímulas son plantas versátiles, coloridas y realmente fáciles de cultivar. Merecen estar presentes en todos los jardines y en todos los balcones. Coloridas y floríferas, anuncian y preceden el regreso de la primavera. En los bordillos de los macizos o en jardineras en un balcón, estas pequeñas plantas son compañeras ideales para los tulipanes, las pensamientos, las violetas cornudas y los nomeolvides. Bajo el dosel de los frondosos, en las rocallas y en los céspedes, se deslizan entre las saxífragas y las violetas.