Gypsophila repens White Angel - Aliento de bebé

El Gypsophila repens 'White Angel' es una bonita variedad de Gypsophila rastrera, muy florífera, luminosa, cuyas flores blancas brotan en abundancia durante el verano sobre un follaje gris-verde. Tapisante y postrada, vigorosa, esta pequeña vivácea con apariencia de carraspique forma un tapiz muy decorativo en las rocallas soleadas, en los intersticios y sobre los muretes, desde donde cae en vaporosas cortinas. Es una planta bien adaptada a la sequía, que prosperará al sol, en suelos ligeros, muy drenados, incluso calcáreos.

La Gypsophila rastrera 'White Angel' pertenece a la familia de las Caryophyllaceae. Su ancestro, Gypsophila repens, es originario de las montañas de Europa, más concretamente de la península ibérica, Francia, la península de los Apeninos y el este de Europa central. Esta variedad 'White Angel' presenta un porte tapizante, en cojín extendido. Su tamaño adulto no superará los 20 cm de altura por 40 cm de ancho, o incluso más. La floración tiene lugar de mayo a agosto, si el suelo permanece un poco fresco, en forma de numerosas flores de cinco pétalos de color blanco puro. Las flores se organizan en cimas, inflorescencias ramificadas, y el conjunto produce el efecto de una niebla a la vez estética y extremadamente ligera. El follaje es persistente a semiperenne en invierno, según el clima. De color gris-verde suave, está compuesto de hojas pequeñas carnosas, estrechas, opuestas, glabras de 1 a 3 cm de largo, sostenidas por tallos rastreros primero postrados, luego ascendentes, articulados en los nudos.

El Gypsophila repens 'White Angel' tiene su lugar en los pedregales, los macizos de suelo ligero y bien expuesto entre salvias, rosas antiguas y viváceas robustas como la amapola oriental o el gaura. Esta planta realza especialmente bien las viváceas de flores grandes. Al pie de las peonías arbustivas, que nunca son tan hermosas como en situaciones cálidas, formará una capa de niebla de la que emergerá el arbusto cargado de flores e insectos, como una visión del paraíso. Ideal en jardines secos, en rocallas o sobre taludes soleados donde desempeñará perfectamente su papel de planta cubresuelos. Esta Gypsophila también se adapta muy bien en jardineras y macetas floridas.