Acaena inermis Purpurea - Abrojos

El Acaena inermis 'Purpurea' es una forma muy bonita con follaje ricamente coloreado de un abrojo neozelandés robusto y resistente. Esta pequeña planta vivácea forma un espléndido cubresuelo perenne cuyo color evoluciona del rosa al púrpura violáceo y al rojo ladrillo, sus pequeñas hojas cinceladas a veces adquieren tonos verde oliva en invierno. Su floración de verano discreta es seguida por una fructificación original, en forma de glóbulos espinosos. Esta planta cae magníficamente de los muros de piedra y decora con un bonito musgo purpúreo las rocallas alpinas, las jardineras y los bordillos soleados. Si este abrojo aprecia los suelos muy drenados, incluso secos en invierno, requiere cierta frescura en verano.

El Acaena inermis es una planta rizomatosa originaria de Nueva Zelanda perteneciente a la familia de las rosáceas. Es prima de las pimpinela, como sugieren sus follajes que se parecen. La forma 'Purpurea' forma lentamente un tapiz denso, de 10 cm de alto que se extiende teóricamente sin límite. Su follaje es notable; compuesto y finamente dividido en folíolos dentados que no superan los 7 mm de diámetro, luce un color cambiante, tanto más coloreado cuanto más intensa es la exposición al sol. Es generalmente persistente. Sus hojas son portadas por tallos que circulan bajo la tierra y las raíces, permitiéndole extenderse con el tiempo. En junio-julio aparecen en tallos cortos pequeñas inflorescencias bastante insignificantes. Están compuestas de flores muy pequeñas en forma de pequeñas esferas verde-amarillentas. En otoño, el tapiz se adorna con pequeños frutos curiosos, globulares y espinosos, parecidos a diminutas castañas. Esta bonita planta no es invasiva, ya que su expansión es fácilmente controlable. Basta con extraer los tallos enraizados para eliminarlos o trasplantarlos más lejos.

El Acaena 'Purpurea' es una planta que se adapta a casi todos los suelos drenados, en clima de tipo alpino, pero generalmente es mucho menos exigente que las especies estrictamente montañosas. Sin embargo, no tolera en absoluto los veranos muy secos. Perfectamente resistente, este elegante cubresuelo es muy apreciado en las rocallas, en bordillos de césped, sobre muros o para cubrir la base de arbustos, junto a la muy romántica Palomilla de muro (Cymbalaria muralis). El Acaena combina bien con pequeños bulbos de primavera y gramíneas de colores brillantes como el Imperata cylindrica Red Baron. Se cultiva fácilmente en tiestos o macetas de donde rebosará con elegancia. Asociada a pequeños sedum, siempreviva, saxífragas o pequeñas gramíneas, el Acaena también puede usarse en techos o muros vegetales, en clima fresco eso sí.