Solidago rugosa

El Solidago rugosa, también llamado Vara de oro rugosa, es una especie botánica extendida en América del Norte, cuyo aspecto difiere mucho de los solidagos hortícolas. Crece en mata densa, sostenido por tallos arqueados, seduce por su porte aéreo y aporta un encanto increíble al final de la temporada, cuando grandes ramilletes llorones brotan de su follaje cayendo como una lluvia dorada. Adaptada a todo tipo de suelos, robusta y florífera desde finales del verano hasta el otoño, esta hermosa vivácea encontrará sin duda su lugar en todos los jardines, al sol o en sombra ligera.

El Solidago rugosa es una gran vivácea herbácea caducifolia con largos rizomas rastreros, perteneciente a la familia de las asteráceas, al igual que el girasol. Es originaria de América del Norte, muy extendida en el este y centro de Canadá, pero también en el este y centro de los Estados Unidos. Muy cercana al Solidago canadensis, se diferencia por sus hojas con 3 nervaduras. Puede encontrarse en hábitats muy variados, pero nunca en zonas sombreadas. Se considera una planta pionera, colonizando zonas alteradas por incendios, por ejemplo, excepto en zonas muy secas o en suelos encharcados. Esta planta alcanzará entre 70 cm y 1.20 m de altura en flor, a veces incluso más, y un mínimo de 60 cm de ancho. Forma una mata densa, de porte flexible, compuesta por 10 a 50 tallos foliados. La floración ocurre de agosto a octubre, según el clima, en forma de grandes inflorescencias de amarillo puro. Son panículas escorpioides, de aspecto ligero, compuestas por diminutos capitulum en forma de margaritas organizados en espigas ramificadas y plumosas. Aparecen en el extremo de tallos robustos y vellosos que portan hojas opuestas, con bordes ligeramente dentados, de tacto rugoso y color verde claro. Este solidago desaparece a finales del otoño para reaparecer en primavera.

Plantas perennes muy apreciadas por su floración tardía, algunas especies botánicas como el Solidago rugosa merecen ampliamente un lugar en el jardín ornamental, cuando disponen de un mínimo de espacio. Son plantas robustas que solo temen el exceso de calor y sequía, que favorecen la aparición de oídio en el follaje. Su floración amarilla es especialmente cálida, bienvenida en macizos de otoño y frente a arbustos de colores llamativos (evónimos caducifolios, Árbol de hierro, cotinus, hortensia de hojas de roble...). Puedes plantar el Solidago rugosa aislado, o en grupos de tres plantas, cerca de ásteres azules (Aster lævis Calliope) o malvas (Aster turbinellus), cosmos, un Crambe cordifolia, o el poco conocido Kalimeris mongolica, por ejemplo. Sus flores se mantienen bien en ramos, y también puedes secarlas antes de su plena apertura para integrarlas en composiciones secas.