Schizophragma hydrangeoides Windmills

El Schizophragma Windmills es un encantador representante de la familia de las hortensias trepadoras. Todas son lianas muy útiles para iluminar lugares sombríos y a menudo olvidados. Provisto de raíces aéreas, se sujeta firmemente a su soporte, ya sea un árbol o un muro, alcanzando hasta 5 m de altura. También seduce con su floración primaveral de una increíble ligereza, en grandes inflorescencias terminales, finas como encaje, que recuerdan a las de algunas hortensias blancas. Esta nueva variedad, de gran delicadeza, merece sin duda ser más utilizada en nuestros jardines.

El Schizophragma Windmills pertenece a la familia de las Hydrangeaceae. Proviene de los Schizophragma integrifolium y hydrangeoides. Estas plantas trepadoras, cercanas a las hortensias trepadoras, son originarias de las regiones boscosas y húmedas de Asia, China, el Himalaya, Japón y Corea.

La variedad 'Windmills' ha sido seleccionada por su desarrollo moderado, pero sobre todo por su floración inusual. Alcanzará en promedio 4 m de altura y se extenderá sobre 2 m, con un crecimiento bastante rápido. Excepto los ejemplares jóvenes de menos de 3 años, el Schizophragma se sujeta solo mediante crampones con sus raíces aéreas. En junio-julio, se produce una larga floración de al menos 3 semanas, en la parte terminal de los tallos. Son inflorescencias de 30 cm de diámetro, muy aireadas, compuestas en el centro por pequeños ramilletes de diminutas flores fértiles plumosas rodeadas de grandes brácteas colgantes, similares a hojas largamente pecioladas, de color blanco crema. La floración es extraordinaria pero a veces requiere de 3 a 4 años antes de aparecer. El follaje es caduco, de un verde intenso. Está compuesto por grandes hojas de 10 a 20 cm, opuestas, en forma de corazón, que pueden presentar un margen dentado.

El Schizophragma tiene una rusticidad media, se mantendrá con dificultad por debajo de -15°C. Los schizophragma no toleran suelos demasiado secos, pobres ni calcáreos. Si es necesario, añade turba para mantener la frescura (la turba nunca debe secarse completamente, ya que sería imposible rehidratarla) y disminuir el pH de tu suelo. Colócalo contra un soporte, como el tronco de un árbol grande o un muro a la sombra. Aunque prefiere una exposición sombreada y protegida, necesita luz para florecer adecuadamente; el sol de la mañana es ideal. Esta liana también puede extenderse por el suelo, como la hiedra, pero iluminando los rincones olvidados y sombríos del jardín.