Rosal persica Cyrus - Rosal Amarillo

El Rosal Cyrus es un pequeño arbusto que irradia alegría de vivir. No muy alto pero muy florífero, produce desde finales de primavera hasta los primeros fríos racimos de flores simples, manchadas de rojo-anaranjado en el centro, cuyo color evoluciona del amarillo canario al amarillo muy pálido, todas estas flores formando un ramo vibrante a escala del arbusto. Este maravilloso descendiente del rosal de Persia ofrece también una buena rusticidad, soporta la sequía estival y su follaje verde oscuro resiste bien a las enfermedades. Con su porte compacto y tupido, se cultiva tanto en una maceta grande como en terreno abierto, aportando al decorado más modesto un toque de exotismo.

El Rosa (x) persica Cyrus (Chewbullseye) desciende de un rosal silvestre llamado Rosa persica, descubierto en 1784 por el botánico André Michaux en los montes Zagros, entre Irán e Irak. La particularidad que ofrecen sus flores bicolor con un centro muy contrastado ha incentivado desde entonces a los rosalistas a intentar su hibridación con otras especies y variedades cosmopolitas. Tras años de investigación y selección, han surgido nuevos cultivares muy interesantes en varios lugares de Europa.

'Cyrus', obtenido por Chris Warner en Inglaterra e introducido en 2015, forma parte de estas variedades recientes de encanto exótico, bellas como hibiscos, aún poco conocidas aquí. Se trata de un arbusto o arborito de porte erguido y tupido, que rara vez supera los 80 cm de altura por 70 cm de envergadura. Sus ramas son moderadamente espinosas, y están cubiertas de un follaje fino pero abundante, de un verde intenso ligeramente brillante, muy sano. La floración ocurre bastante temprano, en junio, y se renueva regularmente hasta octubre. Las flores simples de 5 pétalos, en forma de copa plana, miden aproximadamente 5 a 8 cm de diámetro. El color cambiante de las flores convierte a este maravilloso arbusto en un ramo donde se mezclan diferentes tonos de amarillo a crema e incluso blanco-rosado, acentuados por las manchas centrales de un rojo-anaranjado vibrante que vira al rosa oscuro en la madurez.

'Cyrus', con su contagiosa alegría, es también un rosal lleno de buena voluntad, que seducirá a los jardineros sin jardín o aquellos que luchan constantemente con un suelo seco en verano, helado en invierno. Se adoptará más que cualquier otro en un jardín meridional, en suelo arenoso, pedregoso, o en un talud, en una gran rocalla, en definitiva, allí donde muchos otros rosales 'clásicos' se negarían a crecer. También demuestra ser lo suficientemente resistente para soportar nuestros inviernos normales, lo que permite cultivarlo casi en cualquier lugar. Se pueden combinar los rosales híbridos de Persia entre sí (con la serie Babylon Eyes, Alissar Princess of Phoenicia...), y con una gran cantidad de otras plantas como iris de jardín, lavandas, jaras, romeros, escalonias, oréganos, teucrios, sedums en terrenos secos. En suelos más frescos, acompañará por ejemplo digitales amarillas, rosas o blancas, ásteres con pequeñas estrellas blancas (Aster dumosus Schneekissen, Aster dumosus Kristina, Aster ericoides f. prostratus 'Snow Flurry') o incluso el Brunnera macrophylla Alexander's Great, de follaje muy plateado. En la terraza o el balcón, se puede rodear por ejemplo de cineraria marítima, alstroemerias, lirios africanos blancos o claveles blancos (Dianthus Mrs Sinkins).