Melisa - Melissa officinalis

La Melisa o Melissa officinalis es una planta arbustiva, muy melífera. Esta vivácea es a la vez aromática, condimentaria y medicinal. Se cultiva muy fácilmente, en terreno abierto o en macetas. Sus hojas aportarán un toque cítrico a tus verduras y horalizas crudas, platos de pescado o postres. Plántala en primavera o en otoño y recógela de mayo a octubre.

Esta planta es ecológica: procede de la Agricultura Ecológica y cuenta con la certificación AB.

La Melisa es una planta muy resistente, originaria de la cuenca mediterránea. Pertenece a la familia de las Lamiaceae, como la menta. Es una vivácea herbácea muy melífera. Su nombre proviene del griego, "melissa", que significa 'abeja'. La Melissa officinalis también se llama melisa citronela, nombre que hace referencia al aroma cítrico de sus hojas, ideal para ahuyentar a los mosquitos en verano.

La melisa es una planta arbustiva que puede alcanzar 80 cm de altura y 50 cm de anchura. Aprecia una exposición soleada o a media sombra. Colócala si es posible en un lugar un poco aislado, ya que la melisa puede expandirse y afectar a las plantas vecinas. Para evitar que se vuelva invasiva, no olvides podarla durante la floración. Es una planta muy resistente, capaz de fijarse casi en cualquier lugar. La melisa también se cultiva muy bien en macetas, lo que permite controlar su expansión.

En la cocina, las hojas frescas o secas de la melisa añaden un toque cítrico a las verduras y horalizas crudas, platos de pescado o postres. También se utilizan en infusiones.

Cosecha: las hojas se recolectan de mayo a octubre, según las necesidades. Es en junio cuando la melisa concentra más sus cualidades aromáticas. Si deseas secar las hojas, corta los tallos cuando estén en capullo.

Conservación: consume las hojas de melisa frescas para disfrutar plenamente de su aroma. Para una conservación más prolongada, puedes congelarlas o secarlas. Para el secado, cuelga los tallos a la sombra en un lugar ventilado, luego guarda las hojas en frascos herméticos.

El truco del jardinero: Después de podar, guarda algunas ramas de melisa. Colócalas en tu armario para perfumar la ropa y ahuyentar las polillas.