Dalia cactus Black Wizzard

Su cultivo no presenta dificultades, sin embargo, prefieren un suelo rico y profundo, incluso arcilloso, fresco pero no demasiado húmedo. Es esencial enriquecer un suelo pobre, arenoso o pedregoso, cada año con compost o estiércol bien descompuesto. ¡Cuidado con las babosas! Son temibles con los brotes jóvenes. Nos ha pasado en el jardín perder tubérculos de dalias porque las babosas se comían todos los brotes recién nacidos, BAJO TIERRA, sin que los viéramos. Después de unas semanas, habiendo sufrido además el periodo seco invernal, los pobres han agotado por completo todas las reservas de sus tubérculos y mueren. ¿Cuántas veces hemos pensado que las dalias estaban muertas, cuando simplemente estaban siendo devoradas? Hoy en día, cuando plantamos dalias en zonas muy infestadas de babosas, nos aseguramos de iniciar la vegetación plantándolas primero en macetas. Cuando los tallos alcanzan aproximadamente 20 cm de altura, los trasladamos a terreno abierto porque a las babosas les gustan menos los tallos ya bien desarrollados, y además es más fácil intervenir, ya que los daños se producen en las partes visibles y no bajo tierra. Para la invernada, tienes dos opciones: en regiones templadas costeras y en cualquier lugar donde los fríos intensos sean de corta duración, puedes dejar los tubérculos en terreno abierto; corta los tallos a 10 cm del suelo en noviembre, luego cubre el tocón con hojarasca, eso es suficiente. De lo contrario, puedes arrancar las plantas al inicio de las primeras heladas o justo antes, cortar los tallos a 10 cm del tubérculo, sacudirlos para quitarles la mayor parte de la tierra, pero sobre todo nunca los laves. Déjalos secar unos días en un lugar ventilado, luego guárdalos en una caja en un lugar seco y preferiblemente poco calentado.