Juniperus chinensis Blaauw - Enebro de la China

El Juniperus x media 'Blaauw', también llamado enebro híbrido, es un conífero de tamaño modesto que presenta un porte completamente original. Sus ramas ascendentes se elevan hacia el cielo inclinadas a 45°, dándole un aspecto de columna muy abierta, pero densa. Su follaje es de un magnífico verde grisáceo, muy azulado. Esta variedad de crecimiento lento es perfecta para un gran talud, en un jardín pequeño o incluso en una maceta en la terraza. Se presta especialmente bien a la poda y al arte del bonsái. Los enebros aprecian los climas frescos, el pleno sol y un suelo bien drenado, incluso pobre, seco y calcáreo.

El Juniperus x media 'Blaauw' forma parte de un grupo de híbridos bastante antiguos, derivados principalmente del Juniperus chinensis, el enebro de China. Es una variedad muy resistente y muy ornamental que pertenece, como sus progenitores, a la familia de las cupresáceas.

El enebro 'Blaauw' forma, al cabo de unos años, un hermoso arbusto de porte fastigiado y muy abierto, similar a una pirámide invertida que mide 1,80 a 2,20 m de altura y 1,5 m de envergadura. Crece lentamente cuando es joven, a un ritmo de 10 cm en altura y 5 cm en anchura por año. El crecimiento se acelera un poco con la edad. Su follaje está compuesto por pequeñas hojas escamosas de color gris-azulado, muy apretadas, que al frotarlas desprenden un olor que puede resultar desagradable. Los frutos que se forman en los ejemplares femeninos son bayas llamadas gálbulos; son de color negro azulado y ricos en principios terapéuticos. Los enebros tienen un sistema radicular superficial que los hace frágiles ante vientos fuertes y difíciles de asociar con viváceas.

El enebro 'Blaauw' es un pequeño conífero resistente y original que adoptarás sin reservas en el jardín por su porte inusual y su hermoso follaje persistente azulado. Es perfecto en cualquier lugar. Por su crecimiento lento, quedará maravilloso aislado, en un talud, en una gran rocalla, o incluso plantado en grupos de 3 ejemplares en un macizo junto a coníferas más bajas, de porte redondeado o arbustivo. También se cultiva muy bien en macetas. Las cualidades gráficas de los coníferos se imponen naturalmente en el diseño de un jardín contemporáneo, que prefiere la estética de las formas, siluetas y texturas al vaivén de las flores. Estas plantas, con su permanencia tranquilizadora, estructuran duraderamente un macizo, marcan los caminos, bordean la terraza, sustituyendo fácilmente la presencia fuerte del boj podado o del acebo. Se asocian bien con los mahonia sin espinas o con gramíneas despeinadas de temperamento muy complementario. También puedes combinarlas con plantas perennes de sombra seca poco exigentes, como las vincas, la Euphorbia amygdaloides purpurea, los epimedios o el Trachystemon orientalis. Lo importante es jugar con los volúmenes y los colores.