Chamaecyparis obtusa Maureen - Ciprés hinoki

El Chamaecyparis obtusa Maureen es una variedad enana del Ciprés hinoki de Japón muy apreciada para la ornamentación de rocallas debido a su porte original y la textura fina de su follaje. De forma cónica con una flecha en sus primeros años, la planta se ensancha más de lo que crece en altura, formando una masa difusa, un poco informal, de aspecto ligeramente plumoso. No es raro que aparezcan aquí y allá algunas variegaciones crema en el follaje, lo que añade aún más encanto a este bonito conífero. Perfecto para rocallas, también se adapta muy bien al cultivo en macetas. El Chamaecyparis obtusa prefiere una exposición soleada o semisombreada, un suelo fértil, más bien fresco pero bien drenado, rico en humus y no calcáreo.

También llamado Ciprés hinoki de Japón, perteneciente a la familia de las cupresáceas, y pudiendo alcanzar los 50 m de altura en su entorno natural, el falso ciprés obtuso se utiliza principalmente para la fabricación de muebles lacados y en la construcción de numerosos edificios como palacios en su país de origen. La variedad enana 'Maureen' proviene de una siembra seleccionada a principios de los años 1980 en EE.UU. Su crecimiento es lento, un ejemplar de 10 años medirá aproximadamente 80 cm de altura por 1.20 m de anchura. Su tasa de crecimiento anual es del orden de 5 a 7,5 cm. 'Maureen' desarrolla ramas finas, rojizas, un poco tortuosas, cubiertas de diminutas hojas escamosas de color verde vivo, aromáticas al frotarlas.

El Chamaecyparis obtusa 'Maureen' es ideal para el cultivo en maceta en una terraza o en pequeños jardines gracias a su crecimiento lento y su pequeño tamaño. Por su silueta insólita, aportará fantasía a tus rocallas. Las auténticas cualidades gráficas de los coníferos enanos se imponen naturalmente en la concepción de un jardín contemporáneo, que prefiere la estética de las formas, las siluetas y las texturas al vaivén de las flores. Estas plantas de permanencia tranquilizadora estructuran duraderamente un macizo, marcan los caminos, bordean la terraza, sustituyendo fácilmente a la presencia fuerte del boj recortado. Sirven de marco a pequeños rosales, peonías, o gramíneas despeinadas de temperamento muy complementario. También se pueden asociar a pequeños coníferos de porte erguido, piramidal, o a plantas cubresuelos como las aubrietas, las gypsophiles rastreras, los cerastios, así como a arbustos con flores. Lo importante es jugar con los volúmenes y los colores.