Potentilla fruticosa Elizabeth

La Potentilla fruticosa Elisabeth (sinónimo Sutters Gold) es una antigua variedad de cincoenrama leñoso aún inigualable por su nivel de floración y el color vibrante de sus pequeñas flores amarillas. Florecen en abundancia y durante meses, desde finales de primavera hasta finales de verano, sobre un arbusto tupido de porte redondeado, destacando sobre el follaje finamente dividido de un verde intenso. Fácil de cuidar, resistente y de bajo mantenimiento, el cincoenrama leñoso se adapta a cualquier lugar, en macizos pero también en grandes macetas en la terraza. Es una planta muy gratificante y casi infalible en suelo drenado.

La Potentilla fruticosa es un arborito leñoso que pertenece a la familia de las rosáceas. La variedad 'Elisabeth' fue obtenida en 1950 por los viveros Hiller en Gran Bretaña. La planta tiene un porte tupido, regular y redondeado, con una vegetación densa. En madurez, alcanzará aproximadamente 1 m en todas las direcciones. Sus ramas delgadas y ramificadas, de color marrón, se descaman con la edad, y portan un follaje caduco, que cae en otoño. El pequeño tamaño de las hojas divididas en folíolos estrechos aporta una bella ligereza a la silueta de un verde vivo. Una ligera pilosidad blanca en el envés de las hojas confiere un aspecto sedoso y ligeramente plateado al follaje. Sus flores delicadas tienen forma de copa de 3 cm de diámetro, con cinco pétalos amarillo dorado alrededor de una pequeña garganta anaranjada. Bajo el efecto del sol, el color se desvanece, creando en el arbusto una gama de tonos amarillos. La abundante floración, que comienza en mayo y no termina hasta la llegada del otoño, suele ser más intensa al inicio del verano, perdiendo luego algo de vigor según la frescura del suelo.

A pleno sol, los cincoenramas leñosos producen flores de colores más vibrantes; en media sombra, el color será un poco menos intenso pero la floración durará más. Plantas sin complicaciones, generosamente floríferas y muy agradablemente coloreadas, los cincoenramas son ideales para alegrar el jardín o el balcón, de forma duradera y sin esfuerzo. Con su apariencia de rosal escocés y sus muy modestas exigencias, pueden utilizarse de múltiples formas y colocarse en cualquier lugar: en macizos floridos, rocallas, bordillos, setos bajos, contenedores... En la mayoría de nuestros climas y en cualquier suelo bien drenado.