Dúo de pequeños Naranjos Mexicanos para macizos y macetas

El Naranjo de Méjico se planta preferentemente en primavera al norte del Loira, y a principios de otoño en climas más secos y cálidos. Aprecia los suelos ligeros, flexibles y bien drenados. Tolera bien la presencia de caliza en el suelo, aunque sin excesos. Una vez establecido, después de 2 o 3 años de cultivo, es capaz de prescindir de riego en verano, en todas nuestras regiones. Resistente hasta -15°C, es bastante friolero durante sus primeros años, especialmente en suelos pesados y húmedos: aligera si es necesario tu tierra de jardín con un aporte de arena de río, grava o pozzolana. Elige un emplazamiento cálido, a pleno sol en regiones frías, pero mejor a media sombra en nuestras regiones muy soleadas y secas. Si acepta crecer a la sombra, bajo los árboles, su porte será más suelto y su floración menos abundante. Instálalo protegido de los vientos fríos, especialmente en nuestras regiones situadas al norte del Loira. En verano, durante los primeros años, riega regularmente si es necesario para ayudar al arbusto a fijarse.

Atención: el Choisya es sensible a los ataques de Phytophtora, un hongo que ataca al collar de la planta cuando el suelo está a la vez caliente y húmedo permanentemente; en consecuencia, en nuestras regiones cálidas, los riegos en verano deberán estar espaciados para dejar que la tierra se seque entre dos aportes de agua abundantes. El Naranjo de Méjico es una planta de cultivo fácil que acepta bien la competencia radicular de los grandes árboles.