Ligularia hessei

La Ligularia x hessei se distingue por su mata tupida de hojas anchas y redondas, de color verde brillante y su floración luminosa en panículas erguidas de grandes capitula amarillo dorado con centro marrón en otoño. Es una vivácea originaria de lugares húmedos que disfruta de una exposición a la luz pero no quemante, en suelo pesado, profundo y rico, especialmente donde no falta la frescura. De grandes dimensiones, marca perfectamente los bordes de estanques y forma bordillos frondosos a lo largo de caminos sombreados. En grupo, también forma un cubresuelos denso.

La Ligularia x hessei, a veces llamada senecio de verano, es un híbrido hortícola perteneciente a la gran familia de las Asteráceas. Esta vivácea forma en primavera una mata tupida y compacta que alcanza 150 cm de altura y 80 cm de anchura. Las grandes hojas de unos 10 a 25 cm de largo están sostenidas por un largo pecíolo. Son redondeadas, con forma de corazón en la base y bordes ligeramente dentados. De agosto a octubre se abren panículas piramidales de capitula, que llamamos flores y que se asemejan a anchas espigas sueltas. Cada capitulum, de 2 a 10 cm de ancho, está compuesto por una hilera de lígulas de un amarillo dorado vivo, muy luminoso, dispuestas en forma de collar alrededor de un disco central más marrón. Florece en lo alto de tallos rojos y ramificados, a partir de un botón de color naranja mandarina. La vegetación de la ligularia desaparece en invierno y se desarrolla de nuevo en primavera.

Planta la Ligularia x hessei en suelo húmedo, rico, profundo y neutro. Esta planta no tolera la falta de agua y se adapta muy bien a los suelos arcillosos, siempre que estén sanos y bien enmendados. La ligularia hessei se planta en grupos de 3 a 6 ejemplares o aislada, por ejemplo en bordillos de charca o en las zonas muy húmedas del jardín. En macizos y arriates, combínala con otras plantas de flores en tonos cálidos como las chispas, cañas, dalias, rosales y rudbeckias. Se naturaliza a veces donde el suelo está permanentemente húmedo, protegido de los rayos abrasadores del sol. Es una buena planta para embellecer una zona sombreada, en la cara norte de la casa. También forma un cubresuelos exuberante en bordes de caminos o en linderos de media sombra.