Polystichum acrostichoides - Helecho navideño

El Polystichum acrostichoides, llamado Helecho de Navidad, es un helecho terrestre muy extendido en las praderas norteamericanas, que debe su nombre a sus largas frondas persistentes y coriáceas de color verde oscuro, decorativas incluso en pleno invierno. En primavera aparecen cerca del tocón bonitas prefoliaciones circinadas blanco-plateadas que se despliegan en jóvenes frondas con reflejos metálicos, luego crecen en una corona perfecta mientras se oscurecen a lo largo del verano. Es una de las pocas especies que tolera suelos secos y demuestra ser capaz de adaptarse a numerosas condiciones de cultivo. Se naturaliza fácilmente entre arbustos compactos o bajo árboles de desarrollo moderado.

El helecho de Navidad es uno de los helechos más comunes en América del Norte, donde se encuentra en hábitats muy variados. Es una planta vivácea de la familia de las dryopteridáceas, pariente cercana del helecho macho. El Polystichum acrostichoides forma una mata densa de porte en fuente, alta y ancha de 40 a 60 cm. Las frondas estériles forman la corona exterior flexible y colgante y las frondas fértiles, erectas y estrechas forman el corazón. Las frondas adultas son características y se asemejan a un gran Polypodium vulgare: son coriáceas, lanceoladas, persistentes, miden 30 a 80 cm de longitud y 5-12 cm de anchura. Son pinnadas y compuestas de 20 a 35 pares de pínnulas. Las esporas se producen en pequeñas pínnulas situadas hacia el ápice de la fronda. Los jóvenes retoños que emergen en primavera son bonitos plateados. Los rizomas rastreros de este helecho le permiten formar hermosas colonias en pocos años.

Los polystichum componen un género muy variado y particularmente decorativo durante todo el año en la mayoría de las especies y variedades. El helecho de Navidad se adapta a numerosas situaciones, lo que lo pone al alcance de cada jardín y de cada jardinero, del norte al sur de Francia. Lo cultivamos entre rocas de nuestra rocalla sombreada y fresca. Sus grandes frondas brillantes permiten realizar bonitos arreglos para las mesas de fiestas, en un momento del año en que las flores son escasas. En sotobosque, se puede asociar con plantas sencillas como el rusco, los acebos, los Mahonia sin espinas o los cotoneaster. En un talud sombreado, vecinará con las escolopendras o una conífera robusta y poco exigente como el microbiota decussata. En un macizo más refinado, acompañará por ejemplo fucsias, lisimaquias y eucomis bicolor.