Polystichum aculeatum - Helecho

El Polystichum aculeatum, también llamado Helecho con aguijones o Helecho de seda rígida, es un helecho muy hermoso presente en el oeste de nuestro país donde está protegido. Esta especie terrestre persistente es una de las más ornamentales en invierno. Muestra un porte erecto, majestuoso, y grandes frondas coriáceas finamente divididas, de un verde oscuro y brillante. En primavera aparecen cerca del tocón bonitas Prefoliaciones circinadas doradas que se despliegan en jóvenes frondas verde tierno con pecíolo cubierto de escamas marrones, creciendo en una corona regular. Su cultivo es fácil a plena luz, en cualquier suelo fresco, húmico, incluso ligeramente calizo. También se cultiva muy bien en macetas.

El Helecho de seda rígida es una especie botánica con tocón corto y grueso, originaria de Europa, extendida desde el oeste de nuestro continente hasta los límites de Asia, presente en América del Norte y África, donde crece espontáneamente en diversos hábitats como laderas sombreadas, barrancos y zanjas húmedas. Es una planta vivácea de la familia de las dryopteridáceas, pariente cercana del helecho macho. El Polystichum aculeatum forma una mata abierta de porte erecto, alta y ancha de 60 a 80 cm, incluso 1 m en condiciones muy favorables. Las frondas ligeramente arqueadas y de aspecto coriáceo forman una corona. Presentan una lámina foliar muy dividida en pínnulas dentadas, cuyos dientes terminan en aguijones muy finos. El raquis (la 'columna vertebral' de la fronda) es muy escamoso y marrón. Los soros (pequeños sacos de esporas), marrones en madurez, se producen a ambos lados de la vena de las pínnulas, en el envés. Las jóvenes Prefoliaciones circinadas que emergen en primavera están teñidas de dorado. 

Los Polystichum componen un género muy variado y particularmente decorativo durante todo el año en la mayoría de las especies y variedades. El Helecho con aguijones es una especie muy resistente que se adapta a numerosas situaciones frescas y sombreadas, incluso sobre un subsuelo calizo, desde el norte hasta el sur de Francia. Lo cultivamos entre rocas de nuestra rocalla sombreada y fresca. Sus grandes frondas brillantes permiten realizar bonitos arreglos para mesas de fiestas, en un momento del año en que las flores escasean. En sotobosque, se puede asociar con plantas sencillas como el rusco, los acebos, las Mahonias sin espinas o los cotoneaster. En un bordillo sombreado, convivirá con las Escolopendras o un conífero robusto y poco exigente como el microbiota decussata. En un macizo más refinado, acompañará por ejemplo fucsias, lisimaquias y eucomis bicolor. También se sentirá a gusto cerca de un punto de agua, entre prímulas candelabro (Primula bulleyana) o prímulas del Japón (Primula japonica).