Dichelostemma congestum

El Dichelostemma congestum es una vivácea bulbosa de floración tardía. Desde finales de mayo hasta principios de junio, aparecen bonitos racimos compactos. De forma casi redonda, poseen un hermoso tono azul lavanda que a veces tira hacia el violet. Su follaje caduco alargado tiende a extenderse y compone así, desde finales del invierno, un tapiz verdoso. Perfecta para crear un espacio natural con un aire un poco salvaje, esta resistente que prefiere los veranos secos, se instalará con toda sencillez sin restricciones ni vigilancia.

Originario de California, el Dichelostemma, o Brodaea congesta, se encuentra a gusto en praderas abiertas y soleadas. En nuestras latitudes, se muestra rústico, aprecia los suelos bien drenados, pero también soportará los suelos un poco arcillosos. Su única exigencia: veranos más bien secos para evitar que el bulbo sufra por exceso de humedad.

Las flores están posadas sobre tallos largos y delgados desnudos que pueden alcanzar de 50 a 70 cm de altura. Están agrupadas en racimos de forma casi esférica de 3 a 5 cm de diámetro. Cada una de ellas mide de 1 a 2 cm de largo y posee seis bonitos pétalos nacarados de un tono que oscila entre el azul lavanda y el violeta. En el centro, estambres amarillos asoman y completan este cuadro primaveral. El Dichelostemma congestum tiene la particularidad de permanecer verde durante un largo periodo. Su vegetación caducifolia dura de enero a mediados de junio. Está compuesta por largas hojas en forma de cinta de 30 a 40 cm de largo que cubren generosamente los alrededores del pie y componen así un hermoso macizo relajado.

Tomando el relevo de los bulbos de primavera, el Dichelostemma es el compañero ideal de un pequeño macizo campestre ya colonizado por gramíneas o tulipanes tardíos. Los numerosos cultivares de ajo ornamental también te permitirán encontrarle compañeros para variar las formas y los tonos de todos estos pompones. Su follaje será bienvenido en jardineras y macetas para acoger crocus, narcisos y muscaris, y su floración prolongará el aporte de colores en los alrededores de la casa. Así, las composiciones florales se perpetuarán de febrero a junio.