Lamium maculatum Chequers

El Lamium maculatum 'Chequers' es una variedad de ortiga muerta muy florífera. Sus flores lila aparecen de abril a julio y se acompañan de un bonito follaje velloso, triangular, verde con una banda central blanca plateada. Esta planta perenne tapizante de crecimiento rápido prospera en una exposición sombreada o de media sombra, donde aporta un poco de luz y fantasía. Disfruta de suelos frescos, ricos y ligeros, donde estará aún más frondosa.

"Maculatum" significa "mancha" en latín. Los Lamium maculatum también se conocen como ortigas muertas manchadas o abigarradas. De hecho, comparten esta particularidad: un follaje bicolor. Este está formado por numerosas hojas pequeñas, semiperennes en algunos climas, de 2 a 3 cm de largo. Son más o menos triangulares, pubescentes, dentadas, acanaladas y forman un tapiz completo, cubriendo los tallos que las sostienen. Estos son largos, rastreros, pero ligeramente elevados en su extremo y se extienden en todas direcciones. Acogen pequeñas flores (2 cm) con un cáliz de dientes vellosos que rodea el tubo de la corola. Esta se prolonga en dos labios, uno superior finamente peludo y otro inferior, destacando la pertenencia de la planta a la gran familia de las Lamiáceas. Su silueta recuerda a la de las flores de ortigas. El nombre "Lamium" proviene del griego y evoca una garganta o una boca abierta.

Las ortigas muertas siempre constituyen encantadoras plantas cubresuelos. No requieren ningún mantenimiento (excepto si el follaje se ha secado) y son perfectas al pie de un grupo de arbustos. Sin embargo, la variedad de colores, su progresión razonable y manejable (20 cm de alto y una envergadura máxima de 100 cm) te permitirán integrarlas en el frente de los macizos, en forma de cinta o con pequeños toques, variando así los follajes y situándose delante de Heucheras o Geranios perennes. La ortiga muerta manchada 'Chequers' combina bien con sus compañeras de sombra: las hepáticas, hostas, Arum, la Heuchera 'Georgia Plum' y la Anémona de Japón 'Bressingham Glow'. Todas las texturas están presentes para componer un macizo armonioso. Sin embargo, en una rocalla a media sombra, al pie de un muro, también se integra entre las plantas perennes tapizantes como los buglos rastreros, y aporta brillo a los rincones un poco descuidados.