Geranio cantabria St Ola

El Geranium x cantabrigiense 'St Ola' es una excelente planta tapizante vivácea, que destaca por una muy bella floración primaveral compuesta por numerosos capullos rosáceos que se abren en flores de un blanco puro, de buen tamaño, que resaltan sobre su follaje de un rico verde oliváceo. Se extiende lentamente y forma un bonito tapiz, compuesto por hojas aromáticas al roce, que adquieren un hermoso tono en otoño. Ideal en el jardín natural, no teme ni la competencia radicular de árboles y arbustos, ni los grandes fríos del invierno, y se adapta a los calores estivales.

El Geranium x cantabrigiense 'St Ola', obtenido en los años 1990 en el archipiélago escocés de las Orcadas, pertenece a la familia de las Geraniáceas. Es un cultivar hortícola del híbrido natural Geranium x cantabrigiense, procedente del Geranium dalmaticum de las costas balcánicas y del G. macrorrhizum, un meridional resistente a los veranos secos. Esta vivácea herbácea, muy resistente, forma un tapiz de 15 a 25 cm de alto, y se extiende lateralmente gracias a sus estolones sobre 50 a 80 cm de anchura. Su crecimiento es bastante lento. Produce a finales de primavera, de mayo-junio a julio según el clima, incontables flores en copas abiertas de 2.5 cm de diámetro, de un blanco puro, punteadas de estambres con anteras rosadas. Las hojas aromáticas, redondas y palmeadas, divididas en lóbulos, persisten generalmente durante nuestros inviernos normales. Son de un verde bastante oscuro pero vivo en temporada, y luego adquieren tonos rojizos en otoño e invierno.

Este geranio viváceo se adapta a casi todas las exposiciones, pero teme el sol abrasador, en particular en clima cálido. Es una planta tapizante de sotobosque claro o de lindes que hace maravillas bajo arbustos caducos y al pie de setos, en el lado no demasiado sombreado. Fácil de cuidar una vez que está bien establecida, requiere poco mantenimiento. El Geranium x cantabrigiense 'St Ola' sabrá rápidamente dar un toque colorido a los macizos de viváceas y realzar con elegancia la curva de un camino. Será bienvenido al pie de tus plantas preciosas, que no corre el riesgo de ahogar pero que realzará con su follaje mullido. Encontrará su lugar también en balcones, terrazas, jardineras, en bordillos, en rocallas, en los parterres donde se revelará como un fiel compañero para las ancolias, Lamium, Epimedium, digitales y las campanillas.