Artemisia schmidtiana Nana

La Artemisia schmidtiana Nana, también llamada Artemisa enana, es una pequeña vivácea de tallos rastreros especialmente tupida, con un follaje cincelado, muy denso, que forma un encantador cubresuelos plateado de aspecto sedoso, tan suave a la vista como al tacto. Se cultiva preferentemente en lugares secos y soleados como una rocalla, un bordillo elevado, un macizo sobre grava, donde su grafismo realza tanto las piedras como las plantas vecinas.

La Artemisia schmidtiana Nana, de la familia de las asteráceas, es originaria de Japón y las islas Sajalín. Es una vivácea que desarrolla tallos rastreros, volviéndose leñosos con el Tiempo. De crecimiento lento, forma cojines de 10-12 cm de altura por 30 a 40 cm de ancho. Su follaje, notable, se compone de hojas muy finamente divididas en segmentos, que persisten si el invierno no es demasiado riguroso. Este follaje, aromático al frotarlo, cubierto de sedas plateadas, parece aún más claro cuanto más cálido y seco es el ambiente. La floración, discreta, tiene lugar entre mayo y julio según el Clima. Adopta la forma de bohordos floridos de 20-25 cm de altura, foliados, que portan espigas de pequeñas flores en capitula de un amarillo-verdoso muy pálido.

Esta artemisa enana se planta sobre muretes, en rocalla o en un jardín seco, así como a orillas del mar, acompañada de tomillos, oréganos y otras pequeñas plantas de garriga, por ejemplo. También se asocia con otras artemisas en primer plano de macizo. Nada te impide cultivarla en macetas en tus terrazas y balcones. Se trata de una planta ideal para un jardín blanco. Constituye un magnífico estuche para tus lirios y otros bulbos, y los lirios anidados en el corazón de esta planta no serán atacados por el "criocero". Muy bien adaptada a la sequía, teme la humedad, especialmente en invierno. Plántala en suelo ligero, incluso pedregoso, preferiblemente calcáreo (ph>7.5). Esta artemisa plateada exige pleno sol y un espacio bastante despejado para dar lo mejor de sí misma.