Tamarix ramosissima Pink Cascade - Taray catina

El Tamarix ramosissima 'Pink Cascade' es un gran arbusto caducifolio vaporoso, con un follaje pequeño verde azulado que recuerda a una conífera. Entre mediados del verano y principios del otoño, se cubre de diminutas flores rosa intenso, reunidas en largos y estrechos racimos plumosos. Aprecia los suelos arenosos, más bien secos y no demasiado ricos, y por ello soporta muy bien la plantación en zonas costeras. También es un excelente cortavientos.

El taray 'Pink Cascade' pertenece al género Tamarix, que agrupa alrededor de 70 especies en la pequeña familia de las Tamaricáceas. Es originario de una amplia zona geográfica, desde el sureste de Europa hasta Mongolia, pasando por las estepas de Asia Central. Este gran arbusto o pequeño árbol presenta un porte arqueado, un poco difuso y desgarbado, muy elegante. Como indica su nombre "ramosissima", que significa "muy ramificado", produce numerosos retoños densamente insertados en las ramas. Las diminutas hojas en forma de aguja, de un bonito verde algo azulado, contribuyen al aspecto plumoso del conjunto, y pueden recordar al follaje de un enebro, con la diferencia de que son caducas. La corteza, por su parte, es de un hermoso color canela y se agrieta con la edad.
La especie Tamarix ramosissima forma parte de las especies de floración estival: de hecho, es en los brotes del año cuando el arbusto florece entre julio y septiembre, dependiendo de la región. Produce entonces una profusión de largos racimos muy estrechos, formados por pequeñas flores rosa intenso, que a veces hacen desaparecer el follaje bajo su cantidad. Al cabo de unos años, alcanza aproximadamente 4 m de altura y anchura si no se poda.  Se debe evitar la plantación de esta especie en zonas costeras de climas cálidos del planeta: ha mostrado un potencial invasor en Sudáfrica, el sureste de Australia y la costa del Pacífico de Estados Unidos. 

El Tamarix 'Pink Cascade' es un arbusto robusto y muy resistente. Acostumbrado a climas duros y áridos, está perfectamente adaptado para plantarse a orillas del mar como cortavientos, ya que resiste tanto a los vientos fuertes como a la salinidad. Un terreno arenoso y pobre, fresco a seco, a pleno sol, le vendrá perfectamente. La poda es opcional, pero el árbol tiende a desnudarse al cabo de unos años, sobre todo en terrenos demasiado ricos. No es necesariamente un problema si deseas obtener un porte arborescente, pero para mantener un porte denso, puedes podar severamente en febrero-marzo, y cortar las ramas florecidas del año anterior a 10 cm de su base. Esto no compromete la floración, ya que las flores aparecen en los retoños del año. Así obtendrás un arbusto densamente frondoso y muy florífero. 

Puedes asociarlo con otros arbustos como la Griselinia brillante, el Jara negra, o el Elaeagnus umbellata, para crear un bonito conjunto costero, cambiante a lo largo del año.