Higuera Sultane

El Ficus carica Sultane (sinónimos Bellone bifère o Noire de Juillet) es una antigua variedad de higuera bífera muy resistente y adaptable que se cultiva en numerosas regiones, excepto en las zonas excesivamente frías de nuestro país. El árbol es vigoroso, autopolinizante, y es capaz de ofrecer dos cosechas al año, en julio y luego nuevamente en septiembre-octubre, si la primera no es destruida por las heladas tardías. Sus higos de color violeta contienen una pulpa roja muy dulce, fundente y aromática. El fruto resiste bien al agrietamiento y a la humedad. Es especialmente apreciado en cocina.

La Higuera Sultane forma un árbol de porte extendido que puede alcanzar fácilmente 5 m de altura por 4 m de envergadura. Esta variedad produce primero higos flor que se recolectarán precozmente, a principios de julio, en climas favorables. El fruto es entonces de forma alargada, de color violeta oscuro casi negro, y pesa hasta 60 gramos. El higo de otoño, maduro en septiembre-octubre, es más redondo, de color más azulado, y pesará solo 45 gramos. Sin embargo, esta cosecha es más abundante que la primera. El higo se utiliza en la elaboración de platos dulces (tartas, clafoutis, compotas...) o salados combinado con queso de cabra, jamón serrano o foie gras. Tras la cosecha, no se recomienda su conservación en el refrigerador, ya que altera los aromas del higo y la epidermis puede sufrir por la humedad y la condensación. La mejor forma de consumirlos es en la mesa, y la degustación bajo el árbol, que mantendrá intacto su aroma a miel.

Entre las variedades de Higuera, se distinguen:

– las variedades uníferas, que producen una sola cosecha al año, bastante abundante, a principios del otoño

– las variedades bíferas, que fructifican dos veces al año, produciendo higos llamados "higos flor" a principios del verano, que aparecen en la madera del año anterior, e higos de otoño, que se desarrollan en los brotes del año.

La cosecha de los higos de Sultane se realizará en varias veces, según la madurez de los higos. Esta variedad es autopolinizante y partenocárpica, lo que permite obtener frutos sin fecundación. No requiere tener otros pies de Higuera ni necesita la intervención del blastófago, único insecto polinizador de la higuera, demasiado friolero para sobrevivir en climas fríos.

Originario de Turquía y Asia Menor, la Higuera (Ficus carica) pertenece a la familia de las Moráceas. Es un pequeño árbol caducifolio, vigoroso, de porte redondeado y erguido, con tronco a menudo tortuoso, que alcanza 3 a 5 m en todas direcciones. Las hojas son rugosas, de color verde vivo que vira al amarillo en otoño, finamente vellosas, relativamente grandes (a veces 20 cm de largo) y provistas de un largo pecíolo. La lámina foliar está profundamente dividida en tres a siete lóbulos dentados (generalmente cinco) de forma variable, su revés es aterciopelado, con venas prominentes. La madera es blanda y esponjosa, la corteza gris y lisa. El sistema radicular de este pequeño árbol es potente, extendiéndose en todas direcciones.

La Higuera es considerada a menudo como uno de los árboles frutales más bellos. Su follaje original le confiere un aspecto ornamental y ofrece un agradable espacio sombreado, muy apreciado durante los calores estivales. Planta la Higuera al abrigo de un muro que la proteja del frío en inviernos rigurosos, con exposición sur o suroeste, en compañía del Granado, la Morera blanca y el Níspero del Japón en las regiones de la mitad sur de nuestro país. En el norte, se puede asociar al Membrillero, la Akebia quinata, el Guayabo que también son resistentes y exóticos. Ten en cuenta sus dimensiones en edad adulta para determinar la distancia a la que lo plantarás. Aunque las raíces no causan daños a construcciones modernas, pueden afectar a muros levantados en piedra seca o con morteros pobres, al estilo antiguo.